Dios Fuerte, Padre Eterno, vino a esta tierra en carne, fue crucificado y soportó el ridículo, el desprecio y la persecución de innumerables personas. Sin embargo, soportó todo en silencio, con el propósito de encontrar a su verdadero pueblo, expiar todos sus pecados y salvarlo.
En el proceso de salvar a los hijos celestiales, Jesús en su primera venida, Cristo Ahnsahnghong en su segunda venida y la Madre Jerusalén celestial vinieron a esta tierra en la carne. Según la profecía, este camino incluye inevitablemente los días de tristeza, seguidos por días de alegría cuando se recibe la gloria. De acuerdo con esta promesa, la gloria de Dios Madre, quien hoy guía la Iglesia de Dios, se revela en todo el mundo.
Jesús les respondió: Muchas buenas obras os he mostrado de mi Padre; ¿por cuál de ellas me apedreáis? Le respondieron los judíos, diciendo: Por buena obra no te apedreamos, sino por la blasfemia; porque tú, siendo hombre, te haces Dios. Juan 10:32–33
No se pondrá jamás tu sol, ni menguará tu luna; porque Jehová te será por luz perpetua, y los días de tu luto serán acabados. Isaías 60:20
Apartado de correos 119, Bundang, Bundang-gu, Seongnam-si, Gyeonggi-do, República de Corea 
Tel.: 031 738 5999; Fax: 031 738 5998
Sede administrativa: 50 Sunae-ro (Sunae-dong), Bundang-gu, Seongnam-si, Gyeonggi-do, República de Corea
Iglesia matriz: 35 Pangyoyeok-ro (526 Baeghyeon-dong), Bundang-gu, Seongnam-si, Gyeonggi-do, República de Corea
ⓒ Iglesia de Dios Sociedad Misionera Mundial. Todos los derechos reservados. Política de privacidad